Background
Todos los que vivimos en México hemos escuchado muchas veces el término "la chingada", así como muchas de sus variantes: "hijo de la chingada", "vete a la chingada", "deja de chingar", "soy un chingón". Pues bien, estas expresiones son parte de la idiosincrasia mexicana y, por lo tanto, parte de nuestra cultura. Es una palabra que heredamos y va, en cierta forma, de la mano con el machismo que en nuestro país impera.
     La palabra "chingar" tiene un significado muy fuerte y violento: violar, romper, someter, etc. Tan solo hay que comparar un poco. ¿Qué se le dice a una persona a la que se le hizo una maldad o travesura? "Te chingué". En México existe cierta fascinación por chingar al otro y no es porque sea malévolo, sino porque también existe la posibilidad de que a él se lo chinguen antes, sin previo aviso porque el chingar no pide permiso. Lo chingado es lo jodido, lo que no sirve y el chingado aquel que fue sometido de alguna forma. Es una palabra agresiva que invade la intimidad de otro. La expresión "¡Ah, cómo chingas!" se utiliza para alguien que está molestando o enfadando. El que hace una chingadera es quien actúa rompiendo las normas o lo convencional. El que chinga rompe, abre y penetra, y convierte a lo que chinga en "lo chingado". No por nada el macho es "chingón" y, tampoco por nada, existe la expresión "hijo de la chingada". La pobre madre mexicana que tiene toda la carga del hogar sobre sus hombros. Mentada todo el año y recordada solo los días 10 de cada mayo. Claro que la referencia es simbólica en algunos casos, pero tristemente literal en muchos otros. Somos hijos de esa madre que ha sufrido tanto, todos somos hijos de la chingada. 
     Sin embargo, pareciera que existe una negación. Se pretende llamar hijo de la chingada a la otredad, al que no es mexicano o al que lo es poco. En cierta forma es una respuesta al derrotismo y al conformismo. ¿Será porque el hijo hereda la actitud de la "madre"? Es probable que la madre, en este caso, sea una representación de nuestra raíces, de nuestra educación (probablemente casera). Nadie quiere ser parte de eso y, sin embargo, lo somos.
    

  Ya lo mencionaba Octavio Paz en "El Laberinto de la Soledad", en el capítulo de los "Hijos de la Malinche". No es de extrañar que se incluya el nombre de la Malinche en ese capítulo pues ella fue la "chingada" original, la representación de la subordinación por parte de indios y, posteriormente, mestizos. Representa la entrega de nuestra nación a los españoles. Representa la violación no solo de la indígenas, sino también de la tierra en general. Ya nos chingaron antes, no vaya a ser que nos chinguen otra vez. 
     La palabra también tiene una fuerte connotación sexual, siempre agresiva. Y es muy curioso escuchar expresiones como "me chingue a esa vieja" como si ella no hubiese tenido ninguna oportunidad de negarse al acto. Como si la tuviera dominada. Es en nuestro país una cualidad el saber chingar. Chingar en todo, realmente. Ya sea en la política, en los negocios, en sociedad. Sin embargo, hay que ser cerrado y desconfiado. 
     Esas descripciones me recuerdan un poco, o más que un poco, a la forma de ser del hombre machista. Muchos de ellos dicen que no confían en los homosexuales porque "no vaya a ser que les traten de dar un beso". Es decir, se asume esa invasión, de hecho agresiva, del espacio personal. Recordemos que el chingón es cerrado y es el que penetra (tanto de forma literal como metafórica) y esto aplica también a que alguien penetre, en este caso figurativamente, en su masculinidad. Basicamente, que un homosexual, o incluso heterosexual, bese a un machista atenta contra su masculinidad. En otras palabras, lo están chingando. El chingado es el que está abierto y sometido. Por ello abrirse a cuestiones sentimentales, de expresión, no es de machos.
     Existen otras dos concepciones muy utilizadas de esta palabra: el "vete a la chingada" y "ya te cargó la chingada". El primero hace referencia a mandar a alguien a un lugar inhóspito, lejano, a un lugar indeseable. Es algo que se le desea al enemigo. Y la segunda hace referencia a que ya no tienes ninguna oportunidad o a se está pasando por un muy mal momento. En el peor de los casos es una referencia a que la muerte ya está muy cerca y qué mejor forma de expresarlo pues, quien está muerto, ya se chingó.


Fuentes:
¿En qué consisten estos ritos? Son, en esencia, la manifestación misma del poder en forma de celebración. Es decir, el objetivo de estas festividades es la de demostrar que un poder es legítimo o que es sólido. Tienen varias funciones, una podría ser la de demostrar al resto del mundo que el país en cuestión no es débil, sino todo lo contrario, un país que no te gustaría tener como enemigo. No necesariamente tienen que ser bélicos, pueden darse también los casos en que estos ritos representen una cierta unión de las clases dominantes, de los gobernantes, con los súbditos o ciudadanos. Se pueden, además, utilizar como una forma de marcar el territorio, de reafirmar que esa zona les pertenece, y se suele hacer mediante festividades que celebran alguna independencia que haya despojado del poder a los colonizadores u ocupadores de ese país.
     Estos rituales tienen la característica de ser de corte político, sin embargo, eso no quita que no puedan verse involucrados tintes religiosos o culturales. De hecho, cuanto más responda a alguna cuestión de culto, más arraigado a la sociedad llegará a estar (bueno, pueden existir excepciones). A continuación les presentaré algunos de los ejemplos más notables para cubrir las distinciones que se dan entre estos:

Rusia

Rusia siempre ha sido un país que ama demostrar que tiene un gran poder en sus manos. Y no es que estén bluffeando, la verdad es que sí poseen una amplia parafernalia armamentística que envidiar (o, mejor dicho, que temer). Lo ha demostrado durante la Segunda Guerra Mundial al enfrentarse contra Alemania y salir victoriosos, aunque no sin gran sacrificio de su parte; también lo ha hecho durante la Guerra Fría, en donde se enfrentó a los Estados Unidos en una serie de conflictos que parecieran, metafóricamente, un duelo de miradas. 
     Orgullosos de sus Kalashnikovs y temidos por sus cabezas nucleares, los rusos hacen gala de su capacidad armamentista cada 9 de mayo frente a la Plaza Roja durante el Día de la Victoria. Sin embargo, el primer desfile no se llevó a cabo un 9 de mayo, sino el 24 de junio de 1945, mes y medio después de la rendición de Alemania ante los rusos. Recordemos que tanto Alemania como Rusia eran expertos en el uso de la propaganda y que, en esos tiempos, a Stalin no le convenía mucho que las otras potencias lo vieran como un eslabón débil. Es por ello que casi inmediatamente después de esa victoria cuasi pírrica, y desde entonces, presumen al resto del mundo que no solo son el país más extenso sobre la faz de la tierra, sino también uno de los más poderosos. 
     En la actualidad, son varios los países que recrean esta exposición del poderío militar (como Corea del Norte, Turquía, Francia, México, España o Venezuela), pero nadie lo hace como Rusia.
      Aquí podemos apreciar el desfile de este año (2013):


     
India y Pakistán


Estos dos países han estado en conflicto durante bastante tiempo. Se dice que el conflicto existe desde hace mil años, después de que los musulmanes invadiesen la India y se hicieran con el poder del norte del país durante mucho tiempo. Después de la Segunda Guerra Mundial, la región que correspondía a los musulmanes se separó de la India y se creó Paquistán. Sin embargo, eso dio pie a un duro y cruel enfrentamiento cultural y territorial por parte de ambos países. 
     Desde 1947, año en que se les reconoció la independencia por parte de los británicos, se han disputado el territorio de Cachemira (Kashmir) y ello ha provocado que se enfrenten en dos guerras (1965 y 1971), que estuvieran a punto de enfrentarse en otras ocasiones y que también estuvieran por entablar una guerra nuclear en 1998. 
     Ahora bien, debido a este resentimiento, solo existe una frontera terrestre (que de por si es difícil de cruzar) entre ambos países: Wagah. En ese pequeño pueblo, por ambos lados de la frontera, la zona pakistaní y la zona india, se reúnen cientos de personas para presenciar un rito que se lleva a cabo de manera diaria en donde se representa el poder que tiene cada país. Estos festejos se llevan a cabo desde 1959.
     Cada día, antes de la puesta de sol, se cierran las puertas de la frontera, pero no sin antes dar un show que, al parecer, tiene como objetivo la intimidación del personal, y ciudadanos, del lado contrario. Soldados con "sombreros con crestas" marchan frente a sus enemigos mientras alzan su piernas a la altura de la cara para poder azotar sus pies contra el suelo para hacer el mayor ruido posible. Es un evento que podría provocar a los niños de uno de esos países sentirse orgulloso y proclamar su odio contra su vecino, o también provocar la nostalgia de los más viejos que intentan encontrar a algunos de sus familiares separados por una disputa sin sentido. 
    Aquí una breve presentación de esta celebración del 15 de agosto de este año (2013):


Mongolia

La mayoría de nosotros habremos escuchado muchas veces sobre las hazañas, muchas veces sádicas, de los mongoles de antaño. Un pueblo de arduos guerreros y conquistadores. Fueron capaces de hacerse con una inmensa extensión de tierra que llegó a abarcar desde el este de Asia hasta Europa central. Sin embargo, mientras avanzaba el tiempo fueron quedando en el olvido e incluso fueron ocupados por China, país que ellos mismos habían ocupado en el siglo XIII, en 1919. 
 
   Pues bien, ahí es donde entra uno de los festivales mongoles más importantes: "Los 3 juegos de los hombres" (Eriiyan Gurvan Nadaam). Conocido comúnmente como "nadaam", este es un festival que pone a prueba la destreza de los participantes en arquería, lucha y equitación. Lo curioso de este festival deportivo es que conmemora, precisamente, la revolución e independencia mongola de China en 1921. Se celebra todos los julios entre los días 11 y 13. Además, se dice que este festival se lleva a cabo desde todavía mucho antes y se utilizaba como una suerte de entrenamiento para los soldados (y también como desfile militar). No hay nada como recordar el poderío militar en forma de una competencia divertida y amena. 
     Aquí pueden apreciar de qué manera se desarrolla este festival.




Vaticano


Desde que San Pedro se convirtió en el primer Papa, han existido 266 Papas hasta la fecha (contando a Francisco I, el primer latinoamericano en el cargo). Si hablamos de ritos, este es uno de los más emblemáticos, en cuestiones de representación de poder, que se siguen practicando en nuestros días. Piénsenlo, se le otorga a un hombre la representación de Dios en la tierra de forma vitalicia. No solo es esa representación, sino el cargo de Jefe de Estado del Vaticano (que de hecho es una ciudad-Estado). 
     El rito consiste en una "sucesión de poder" entre el pasado Papa y el que será el próximo ya sea que el actual muera o renuncie a su cargo (como en el caso de Ratzinger). Básicamente, se lleva a cabo una votación por parte de los cardenales, casi de la misma forma en que el congreso elige al Primer Ministro en muchos países. Este evento, aunque cerrado, es seguido minuciosamente por la comunidad internacional, al menos la católica, pues se trata de la elección de su próximo líder espiritual. Es impresionante ver el júbilo y felicidad que presentan los seguidores de la iglesia al ver salir de la Capilla Sixtina el humo blanco que anuncia la elección del nuevo Papa.

Monarquías

Las monarquías han solido tener una gran variedad de ritos para demostrar su poder ante sus subordinados a lo largo del tiempo. Esto no es de extrañar ya que no solo se poseía poder político, sino también religioso. No es como en la actualidad que el poder que se expone es un poder legitimado mediante votaciones o méritos; en su caso, el poder que se exponía era uno privilegiado. 


     Un claro ejemplo podría ser el caso de la exposición de las joyas reales por parte de los poderes monárquicos como el del Reino Unido. De hecho, las joyas de la corona británica podrían representar el mejor ejemplo de este rito. Dentro de esta colección, se abarcan joyas de los antiguos monarcas de Inglaterra, Escocia y la India (recordemos que fue colonizada por los británicos). Cuando se hace la exposición de estas joyas no es más que la exposición de la herencia del poder, de la práctica que se ha mantenido durante generaciones y que ya se encuentra en los anales de la historia. La coronación del monarca va de la mano con esta exposición pues son estos símbolos, la corona, los anillos, el cetro, y demás, quien serán investidos por él (o ella). La última coronación británica fue la de Isabel II en 1953 (quien aún sigue en el puesto). 
      En este video pueden apreciar la coronación de la Reina Isabel II (empieza en blanco y negro y luego se pasa a color):




Conclusión

Como podrán haber notado, todos estos ritos, estas costumbres, son distintas una de otra. Existe en cada uno de ellos un común denominador: el poder. Y es que desde tiempos inmemoriales esa expresión de poder ha sido, si no necesaria, el pan de cada día en las relaciones sociales. Dejé fuera varios ejemplos, pero recordemos el Grito de Independencia en México, recordemos el 4 de julio en Estados Unidos, recordemos varias celebraciones de este tipo alrededor del mundo. 
     Ahora, la cosa difícil no es tanto identificar un rito del poder, la cosa es identificar cuál es el poder de ese rito. Es decir, ¿qué tanto orgullo causa entre la población, y cuánto intimida al resto del planeta, el desfile de los rusos? ¿Cuánto odio se causan el uno al otro, la India y Paquistán, durante la celebración de la frontera? ¿Cuánto orgullo nacional se crea durante los festejos de los mongoles? ¿Cuánta unión espiritual representa la elección de un nuevo Papa? ¿Cuánta legitimidad inspiran la herencia y las joyas de la monarquía británica? Y, por último, ¿qué tan necesarios son estos ritos? En general, ya sea para su justificación, legitimación, unificación o intimidación. ¿De verdad sirven de algo? 


Fuentes:
Este es, sin lugar a dudas, uno de mis libros favoritos. No solo por la trama y la especial forma de redactar de Ernest Hemingway, sino por el impacto que tuvo en mí el título del libro y la razón de ser del mismo. Digo, la trama es también bastante buena; llena de rebeldía, romance, muerte y de anhelo por la libertad, de tácticas y de guerra. 
     Recuerdo que en una ocasión tuve la oportunidad de sentirme dentro de los paisajes que en esa obra de arte se describían: fui a acampar a un bosque. Fue realmente divertido, iba adentrándome a ese universo silvestre de rocas y árboles, y un río que lo atravesaba. Con algunos mosquitos y mis dosis de nicotina en forma de cigarrillos para que no me distrajeran (guardando las colillas en una cajita a parte, claro está). Con sonidos de una fauna lejana, cantos y uno que otro aullido, los suspiros del viento y el arrullo del agua que corre por el río, la relajación estaba garantizada. 
     Claro, en mi caso no me vi involucrado en ninguna guerra como en la del libro. No tuve que enfrentarme a los fascistas, a los hombres de Franco. No tuve que planear, junto con los anarquistas, la detonación de un puente. No, tampoco tuve la oportunidad de dormir con María, la chica "fea" que en nuestra imaginación siempre fue una belleza. Y no, tampoco pude ser un héroe como el profesor que con nervios de acero actuó en calidad de soldado, Robert Jordan. 
     No, la verdad es que la novela es mucho más interesante que mi viaje al bosque. Es una obra que llena a uno de inspiración. Y no solo por la obra en sí. El título de la novela está basado en un poema de John Donne, un poeta metafísico que vivió entre el siglo XVI y el siglo XVII. El poema dice:

«Nadie es una isla completo en si mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la Tierra. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; por eso la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca preguntes por quién doblan las campanas porque están doblando por ti».

     Recuerdo que la razón por la que leí este libro fue porque en una clase que tuve en la universidad, una clase llamada "conocimiento y cultura", el profesor no dejaba de repetir la última línea. El profesor tenía una excelente ortografía y nos regañaba con bastante coraje si cometíamos algún error. Su español era muy bueno, pero su acento siempre delataba su origen, siempre hablaba con un francés muy marcado. Él es de origen haitiano y, por ello, siempre nos decía, a manera de aliento, que sí el pudo aprender español, nosotros también. Creo que por su origen, también, nos repetía esa misma línea cada vez que podía (perdió familia en el catastrófico terremoto de Haití en 2010). Nos decía: "¿Por quién doblan las campanas? ¿Por los muertos? Ellos ya no pueden oír, ya están muertos. Doblan por los vivos, muchachos, ¡para recordarles que ustedes todavía están vivos!". Siempre encontré esas palabras muy inspiradoras. 
     Aunque no solo se trata de una lección de vida. La obra es sobre guerra, sobre la Guerra Civil Española para ser exactos (la novela fue publicada 4 años después de su inicio, en 1940), y eso la convierte en una novela bélica-histórica. Creo que esa es una de las razones por las que amo tanto esta novela: soy una amante de la historia y me agrada leer sobre guerras. No me mal interpreten, no es que esté a favor de las matanzas, sino que me agrada leer sobre ellas por el valor histórico y el rumbo que se toma después, también me gusta leer sobre las tácticas utilizadas (¿qué se puede esperar de alguien que estudia Ciencias Políticas y espera obtener una maestría en Historia?). No sé, a muchos les podrá parecer morboso, y quizá lo sea, pero dejar que los relatos se pierdan en el tiempo me parece una falta de respeto a su memoria y a la memoria de la humanidad.


     Como muchos ya saben, Hemingway participó en dicha guerra como corresponsal. Al parecer, hizo más cosas que ser solamente un corresponsal; se dice que le enseñó a usar el fusil a varios soldados rebeldes durante sus visitas a las brigadas. Es curioso, pareciera que Hemingway, tras haber dado nacimiento a su propia leyenda, creara una leyenda literaria con varios de sus atributos. 
     Varios aspectos se pueden analizar dentro de la novela. En lo personal, los personajes más importantes son Jordan, Pilar, Pablo y María. No sé, supongo que podrían representar distintos niveles de voluntad. Cada uno de ellos tienen un carácter totalmente distinto, y se podría decir que hasta invertido. Jordan es calculador, cuidadoso, es de mente fría y tiene la vista fija en la victoria o en los mejores resultados de su empresa cueste lo que cueste; María es joven y es hermosa, es inocente aún después de haber sufrido vejaciones por parte de los fascistas y, también, se podría decir que es un poco derrotista (al menos al principio); Pablo es un borracho cuyos años de gloria ya han pasado y se ha terminado por convertir en un holgazán que duda del éxito del plan de Jordan, es un ser, se podría decir, castrado; y Pilar, por último, es toda una fiera, especialista en el arte de insultar (sabe pensar con rapidez). Pilar es un personaje muy curioso, tiene un carácter extremadamente fuerte, pero no para de decirle a Jordan que se lleve a María. Es decir, le desea que le de una mejor vida y que, de paso, se la de él también. La barrera entre éxito y felicidad, creo que algo por el estilo se habrá estado debatiendo Hemingway por esos tiempos.

Gramatik no es un grupo musical, sino el nombre de un dj de origen esloveno (nacido en Portoroz) cuyo verdadero nombre es Denis Jasarevic. Según su biografía, sus gustos por la música comenzaron cuando, a la edad de 3 años, se escabullía al cuarto de su hermana mayor y se ponía a escuchar la radio y los cassettes de funk, jazz, soul y blues que ella tenía.




     Gracias a la magia del internet y la posibilidad de compartir archivos de forma gratuita, Gramatik se dio a conocer en Estados Unidos y en Gran Bretaña. Con ello logró obtener la suficiente cantidad de seguidores como para dar tours por Europa y, posteriormente, en suelo americano. 
     Se unió a la disquera Pretty Lights Music cuya peculiaridad consiste en que comparte toda su música de manera gratuita. Esto va de la mano con la ideología de este dj sobre "liberar la música al hacerla gratis" (aunque en inglés esto suene mejor: "freeing music by making music free"). Tras su ascendiente éxito, Denis volvió por algunos de sus amigos de la infancia, quienes le ayudarían en sus shows y otras cosas, para irse a vivir a Brooklyn y así compartir cada vez más su amor por la música.
     Su estilo siempre ha sido bastante versátil y tiende a mezclar diversos estilos musicales en sus pistas. Aunque parece tener una afinidad por el dubstep, también es capaz de mezclar hip-hop, jazz, soul, funk, electrónica y otros más. En lo personal, yo no soy de los que gustan mucho de escuchar dubstep o música electrónica, pero hay tres discos de Gramatik que no han dejado de inspirarme: los tres volúmenes de Street Bangerz. Aquí el género que impera es el de jazz, aunque también se le mezcla con ritmos de hip-hop, una combinación adictiva y entretenida. Les recomiendo escuchar canciones como Just Jammin', Ass Kickin' Bass, Cool Thieves, Flip The Script o Muy Tranquilo. Pensándolo bien, escuchen los tres discos.







     Los invito a darle una oportunidad y ,claro, como en gustos se rompen géneros, que también prueben con los otros discos. Además, se les agradecería mucho que comentaran qué otros grupos valdría la pena escuchar porque, después de todo, todos deberíamos pensar como Denis y compartir la música para poder liberarla.

Fuentes

- Biografía de Gramatik.
- Entrevista con Gramatik (The Dankles). 
Anti-Mubarak Protesters Gather In Tahrir Square
Fotografía tomada durante las protestas de Egipto del 2011.
“Sembrad una pequeña simiente de rebeldía, y determinaréis una cosecha de libertades.” Práxedis G. Guerrero, periodista y minero de Guanajuato que colaboró con el periódico “Regeneración” que se rebeló ante la dictadura de Porfirio Díaz.
            Así como Práxedis, es fundamental mantener al pueblo informado sobre las atrocidades que lleguen a cometer nuestros gobernantes, o cualquier persona o institución, contra nuestra integridad. Y no solo eso, también cualquier cosa que nos pueda ayudar a trascender intelectualmente, que nos ayude a aprender más, que nos iluminé y nos ayude a salir de las penumbras de la caverna.
            La información siempre ha sido la mayor ventaja que un pueblo puede tener ante sus opresores. Un pueblo culto es un pueblo fuerte y un pueblo unido lo es aún más. Y por el contrario, la desinformación ha mantenido al pueblo dividido por generaciones. En estos tiempos, cuando esa información circula por las redes a una velocidad impresionante y donde los datos difieren entre tal y cual fuente, es difícil poder estar seguros de cuál es la verdad. Sin embargo, lejos de desanimar, debería incentivar el querer buscar mejores fuentes o información más confiable para poder compartirla con los demás, poder debatirla y criticarla. Como bien dice Manuel Castells en su libro Comunicación y poder, estas redes sociales de información pueden suponer un poder por parte de la sociedad en contra del poder del Estado, organizaciones o incluso contra el mercado en una suerte de “contrapoder” o rebelión.
            La afinidad que encontremos con la información, el estar o no de acuerdo con el statu quo, nos ayudará a conformar grupos sociales dentro de estas redes tales como Facebook o Twitter. Aunque es por lo general cuando algo va mal que el pueblo pareciera unirse más. De hecho, según uno de los detractores, Morozov, estas redes sociales no sirven como forma de organización pues crea lazos débiles. Esto es, que nadie sale a tirar cocteles molotov por el tweet del amigo de un amigo que uno conoce por internet. Eso es totalmente cierto, pero es que tampoco se trata de incitar la violencia por estas redes (aunque en algunos casos es posible que se de), sino el de generar el razonamiento crítico. 
            Recordemos lo sucedido en la Revolución Verde de Irán en el 2009 donde los iraníes organizaron manifestaciones y huelgas, a través de Facebook y Twitter, en contra del candidato electo Ahmadineyad. La Revolución Tunecina a principios del 2011, donde el pueblo utilizó varios medios, incluido el internet, para quitar del poder a su entonces dictador Ben Ali (quien, por cierto, estuvo en el poder desde 1987). Posteriormente, se desató lo que hoy conocemos como la Primavera Árabe donde destacaron, entre los tantos países que participaron para atacar y disolver a sus respectivos gobiernos, Egipto, Yemen y Libia.
            Hay una imagen famosa que estuvo circulando por la red sobre unos manifestantes egipcios con pequeño cartel que decía “gracias, Facebook”. Y es que gracias a ese medio, fue posible lograr la organización para derrocar al entonces dictador Mubarak, quien había estado en el poder desde 1981. De hecho, es curioso que el impacto de las redes fuera tan grande que tuvieron que “apagar” Facebook y Twitter para evitar las protestas.
            Ahora bien, los detractores dicen que esas revoluciones se hubieran dado incluso sin la existencia de las redes sociales; también Castells dice que las verdaderas razones por las que se dieron los hechos son la miseria, la exclusión social, la falsa democracia y el encarcelamiento. Tienen razón. Los medios sociales de comunicación no fueron el detonante, por eso son solo medios, instrumentos.
            Las manifestaciones, y es aquí donde empieza a ponerse más curioso este fenómeno, no son propias de un país. Ha existido una unión y manifestación a nivel global dentro de estas redes. El motivo en común fue la censura y el derecho a la libertad de expresión e información. Yo recuerdo que mucho antes de que saliera en las noticias de la televisión, las iniciativas de la ley SOPA, PIPA y ACTA ya se debatían y criticaban en varias página de internet y por Facebook circulaban varios videos explicativos sobre en qué consistían. Inició también un movimiento conocido como Anonymous donde sus integrantes portaban mascaras de Guy Fawkes. Declararon una “guerra cibernética” en varios países. ¡Incluso fueron capaces de tumbar la página de la CIA! México no fue la excepción, cuando se intentó aprobar la famosa Ley Doring.
            En México, la cuestión de las redes sociales ha estado algo complicada. Las grandes corporaciones mediáticas, Televisa y Tv Azteca, han tenido cierta lucha contra las redes sociales. Si bien se dice que Peña Nieto hizo una compaña intensivamente mediática, fue en las redes sociales donde tuvo su más dura crítica. Todos recordamos aquel suceso en donde alumnos de la Ibero corrieron y abuchearon a Peña Nieto. Se terminó formando el movimiento “Yo soy 132” como producto de ello. Sin embargo, la influencia de los medios televisivos fue un duro contrincante para las redes sociales por el hecho de la cobertura del internet y cuántos tienen acceso a una computadora. Además de eso, fue muy notoria la falta de unidad por parte de los mexicanos; los bandos estaban muy marcados: entre los que no querían a los pejezombies y a un loco de la izquierda, los que no querían a un producto de telenovela con un nivel cultural bastante dudoso representando en los pinos, los que no querían una “presidenta” que abogaba a su condición de mujer para ostentar el puesto y prometía el doble de “cuchi-cuchi” si ganaba y los que no querían que el candidato de Elba Esther le terminara dando más poder a la líder vitalicia del SNTE.
            Lo cierto es que México suele encontrarse en la posición de elegir al que considera “el menos pior”. Es por eso que nuestro país debería de utilizar estos medios para informar, pero sin el clásico “infórmate, ignorante”. Es decir, sin esa necesidad de ser hostiles. Si seguimos así nunca vamos a llegar a nada y después nos vamos a estar quejando. Julian Assange, creador de Wikileaks, había propuesto la creación de otra red social exclusivamente para compartir información de los países de origen de sus integrantes para fomentar la solidaridad y para que estemos informados. Personalmente, no tengo ningún problema con que en Facebook se publiquen cosas como qué desayunamos o con quien acabamos de cortar, pero estaría bien de vez en cuando mostrar más curiosidad y solidaridad por cosas que afectan al resto del mundo. Sacarle provecho y aprender con este medio. Darle un ejemplo a las futuras generaciones de que fuimos capaces, fuimos críticos y no nos enajenamos. Sea cual sea el medio que utilicemos, no globalicemos el odio y los prejuicios. De eso ya hay mucho. Globalicemos la libertad de conciencia, la libertad de expresión. Globalicemos la resistencia.


Fuentes:
Opiniones de un payaso. Autor: Heinrich Böll. Año de publicación: 1963.

Recuerdo que cuando vi este libro por primera vez, dos cosas me llamaron la atención: en primera, el hecho de que se trataba de un payaso triste y amargado, cosa que para mí supone una maravillosa ironía, y, en segunda, que el autor, de origen alemán, me recordó mucho a Herman Hesse (uno de mis autores favoritos). La verdad es que cuando uno se imagina una novela alemana, un color gris puede llegar a sus mentes mientras intentan imaginar a los personajes y el ambientes en ella incluidos. 

Heinrich Böll. Nacido en 1917 y muerto en 1985.

     Heinrich Böll fue un escritor alemán que combatió en la Segunda Guerra Mundial y terminó siendo prisionero en un campo estadounidense en Francia. Fue ganador del premio nobel de literatura en 1972 por su: 
"Por su escritura que a través de la cual su combinación de una amplia perspectiva sobre su tiempo y destreza sensible en la caracterización ha contribuido a la renovación de la literatura alemana."(En inglés, click aquí)
Es cierto que este autor revolucionó la manera de escribir de otros pasados grandes autores germanos, pero lo más notable de sus obras son los personajes y sus luchas constantes contra instituciones y paradigmas sociales. Sus temas recurrentes suelen ser la posguerra y las sociedades moralistas (e hipócritas). Este señor solía ser un católico asiduo, pero también un acérrimo crítico de la institucionalización de la misma. 
     Además, me parece, era una amante de la ironía y la sátira, pero también de la justicia. A pesar de que el personaje principal de esta novela, Hans Schnier, es un payaso (por profesión) y ateo, él representa su visión, y la de muchos, sobre la Alemania que queda en ruinas después de la Segunda Guerra Mundial, no solo estructuralmente, sino también espiritualmente (más o menos con el volksgeist). Se puede notar una división en el ambiente, y también un dejo de nostalgia. ¿Qué es lo que le pasa a Hans? El catolicismo parece haberle quitado a su novia abogando a la idea del pecado. Es decir, tener relaciones fuera del matrimonio es cuestión de pecado. Pero Hans es una persona simple, solo quiere amar a Marie, su querida y católica novia, sin que los demás interfieran. Es ateo y quiere vivir sin presiones morales de cualquier tipo, ya él tendrá su propia ética respecto a lo que se refiere al bien y al mal. Solo quiere que la sociedad lo deje en paz y lo deje disfrutar la vida junto a su amada.
     La doble moralidad se hace presente en casi toda la historia. Los objetivos políticos, los cuales Hans aborrece, son propios de aquellos que se hacen llamar hombres de Dios. La democracia cristiana de esos tiempos y la casi obligada impresión de vergüenza por parte de los alemanes de la posguerra dañan la integridad de nuestro protagonista al  meterse con sus ideas y su vida privada. 
     ¿Irónico que hombre de Dios deseen tanto poder como para llegar a alcanzarlo? ¿No les parece más irónico un payaso, cuya profesión consiste en entretener, distraer y alegrar a las personas, con el corazón roto, su intelecto cuestionado por sus emociones y que se emborracha hasta desmayarse con lo poco que gana? No es hedonismo si no lo disfrutas. No es felicidad si no tienes con quien. 
     Aunque en gran parte la crítica va hacia el alemán promedio de esos tiempos, creo que en cierta forma se podría aplicar a los tiempos en los que vivimos actualmente. Por ejemplo, la idea, no expresada, de que somos jueces de la moral y al ver a alguien "moralmente inferior" nos sentimos superiores o más puros y de mayor valor; nos sentimos más educados y civilizados, menos salvajes (de ahí la idea de la falsa vergüenza de muchos de los ciudadanos del país que albergó a los nazis). Böll era católico, sí, y esto no se trata de una crítica a la religión como ideología, sino como institución. El autor era una persona que veía por los marginados y odiaba la hipocrecía que alcanzaba a las grandes cúpulas de la religión. El poder concentrado y mal utilizado. Quienes viven dentro de esa moralidad, le dan el poder a jueces invisibles y poco confiables. El concepto de ateo me llega a la mente. ¿Existiría ese término si no existiera esa casi obligada tendencia a querer dividir las buenas voluntades de las personas por creencias religiosas? O, en otro caso no menos mezquino, ¿por sus creencias políticas? Hans, el borracho apolítico y ateo, no fue eso hasta que la sociedad le hizo aborrecer la política, la religión le hizo aborrecer el concepto de Dios y la religión misma y el corazón le hizo amar la bebida.
     Sin duda es una obra que deja al lector con mucho en qué pensar. No es sobre la decadencia de un marginado, o automarginado, pues sería más digno. Es la eterna lucha de todos los que buscan vivir en paz y sin mayores preocupaciones que poder conseguir que comer para ellos y sus parejas, para ellos y sus seres queridos. Para los que quieren que si se va a hacer política, sea para todos, para que los recursos pasen por manos de todos y no de unos pocos. Para que la religión profese espiritualidad y no política ni ambiciones económicas. Para los que quieran ser jueces de sus propias vidas. Para los que aún sumergidos en la miseria y en el desencanto hacen lo imposible por lucha por lo que los hace felices. Pues bien, saquemos a ese payaso interior e intentémos contagiar la felicidad que las cosas simples nos dan y nos mantienen con vida, hay que reírnos de la sociedad y las instituciones abusivas y controladoras porque, de todos modos, eso es lo que son: una burla.

Fuentes: